Los terceros molares, también conocidos como muelas del juicio, son motivo de preocupación para muchos pacientes. De hecho, constituyen uno los motivos de consulta odontológica más frecuentes en los adultos. Sin embargo, muchas de las preocupaciones relacionadas con las muelas de juicio se basan en creencias falsas que se han extendido en la sociedad y que no son precisamente ciertas.

Las muelas del juicio crecen al final de las encías y son las últimas piezas dentales en emerger, por lo general a finales de la segunda década de vida o a principios de la tercera. Para entonces, los otros 28 dientes de adulto suelen estar ya en su lugar, por lo que no siempre hay espacio suficiente para que las muelas del juicio crezcan adecuadamente.

Esto quiere decir que la mayoría de las personas de más de 30 años tiene cuatro cordales, uno en cada esquina, pero la realidad es que hay casos en los que el tercer molar no se forma o se forma solo una de ellas, las de un lado de la boca. También pueden darse casos en los que estas muelas nunca emerjan, pero se hayan formado y estén por debajo de la encía. El odontólogo puede verificarlo a través de una radiografía.

Las muelas del juicio sólo deben extraerse en los casos en los que no hay espacio suficiente para que broten en las arcadas, si salen torcidas o cuando empujan otras piezas y ponen en riesgo su posición. Si causan molestias importantes o dolor severo es necesario concertar una cita con el dentista para que las examine y determine si hay que extraerlas o no.

Sin embargo, cuando no existe ninguno de los riesgos antes mencionados, lo ideal es controlar su erupción sin hacer intervenciones. La erupción de los dientes siempre viene acompañada de necesidad del diente de generar cambios en la mucosa que lo cubre, la cual forma una especie de “bolsillo” llamado capuchón pericoronario. Este proceso causa inflamación del tejido, lo que va acompañado con molestias en el paciente, por ejemplo, al masticar.

En la mayoría de los casos, los dolores aparecen cuando la boca no tiene suficiente espacio para acomodar todos los dientes. El hecho de que la muela no pueda salir con facilidad provoca cierto dolor e hinchazón de la encía, así como también riesgo de infecciones y caries, al quedar algún espacio entre la encía y la muela que quiere erupcionar.

A pesar de las creencias alrededor de las muelas de juicio, siempre es recomendable realizar visitas periódicas al dentista para saber qué necesitamos en cada caso. Acudir a un especialista es importante ya que, sin ir más lejos, el uso de un escáner dental permite ver mejor la posición exacta de los dientes y determinar si es necesario realizar alguna intervención.

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