El viaje hacia una sonrisa perfectamente alineada no termina con la retirada de los brackets. Para garantizar que tu nueva sonrisa se mantenga impecable y en su lugar, los retenedores juegan un papel crucial en la fase postortodóntica. En este artículo, exploraremos por qué es necesario utilizar retenedores después de la ortodoncia y cómo estos dispositivos, aparentemente simples, desempeñan un papel esencial en la preservación de tu inversión en la salud y la estética dental.

Un tratamiento de ortodoncia puede dividirse en tres etapas diferentes: el estudio previo, la fase activa y la de retención. La fase activa se refiere al tiempo durante el cual el paciente lleva el aparato en la boca. Sea cual fuere el método elegido, esta es la etapa que todos conocemos del tratamiento de ortodoncia. Una vez el paciente finaliza esa etapa y se retira el aparato de ortodoncia porque se han logrado alinear los dientes de la manera deseada, comienza la llamada fase de retención.

¿Para qué sirve la retención? Básicamente, sirve para garantizar la continuidad del resultado obtenido con el tratamiento, ya que los dientes tienden a moverse naturalmente a través del tiempo y de alguna manera “tienen memoria”. El uso retenedores busca mantener los resultados de la ortodoncia tanto a nivel funcional como estético.

Esto quiere decir que una vez que el aparato de ortodoncia es retirado de la boca, las posiciones adquiridas a través de los micro movimientos paulatinos de los dientes y los huesos maxilares deben asentarse. En este sentido, los retenedores cumplen la función de evitar que los dientes vuelvan a la posición que ocupaban al inicio del tratamiento de ortodoncia. En esta segunda fase pasiva, es recomendable visitar regularmente al dentista para asegurar el éxito del tratamiento.

Existen básicamente dos tipos de retenedores: fijos y removibles. Los retenedores fijos son unas finas láminas de alambre trenzado que se colocan cementadas en la parte interior de los dientes de canino a canino, tanto en la arcada superior como en la inferior. Son estéticos, ya que van colocados en la cara interna y cómodos, porque no interfieren en el habla ni generan llagas o pequeñas heridas a causa del roce. Los retenedores fijos presentan la ventaja de que no requieren de la colaboración del paciente, pero es importante que se revisen con cierta frecuencia para realizar una correcta higiene y comprobar que están bien adheridos.

Por el contrario, los retenedores removibles son unas férulas transparentes realizadas a medida de la boca del paciente. Su aspecto es muy parecido a los alineadores de Invisalign, por lo que son altamente estéticos, pero no completamente imperceptibles. Estas fundas transparentes deben emplearse como mínimo mientras duermes.

Anteriormente, no era habitual poner un sistema de retención al finalizar la ortodoncia, especialmente a los pacientes más jóvenes. Esto ha hecho que, con los años, algunos pacientes hayan visto cómo algunas piezas dentales han sufrido movimientos indeseados e incluso cambios en la oclusión, lo que puede llevar a que sea necesario un retratamiento de ortodoncia.

En resumen, la retención es una fase clave en la ortodoncia, ya que determinará el éxito a largo plazo de la misma. Gracias a ella, podemos asegurar la estabilidad de los resultados obtenidos tras el tratamiento y evitar tener que realizar uno nuevo en el futuro.

En Melguizo Dental, todos nuestros pacientes siempre tienen indicado realizar retención para garantizar los resultados de los tratamientos de ortodoncia. Nuestros ortodoncistas en Alcalá de Henares podrán aconsejarte sobre qué tipo de retenedores llevar en función de sus características particulares. Si tienes dudas acerca de la efectividad a largo plazo de nuestros tratamientos de ortodoncia, pide una cita con nuestras especialistas a través de nuestro teléfono o enviando un mensaje por Whatsapp.