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LA FISIOTERAPIA EN LA ODONTOLOGÍA

La fisioterapia y odontología tienen una relación mucho más estrecha de lo que se puede pensar en un principio. La fisioterapia es una disciplina terapéutica que busca corregir los desequilibrios que acontecen en nuestro cuerpo, entre ellos los que afectan a nuestra salud bucodental.

Nuestros dientes no son piezas aisladas, sino que están conectados con nuestros huesos y músculos. La fisioterapia desarrolla un papel de trabajo educativo, preventivo y terapéutico de las alteraciones funcionales del aparato masticatorio. Esto ayuda a conseguir un correcto equilibrio postural del cuerpo y de la articulación de la mandíbula, también conocida como articulación temporo-mandibular o ATM.

La fisioterapia ayuda a ganar amplitud articular en aquellos pacientes que la han perdido por diferentes motivos y a calmar los dolores consecuencia de esos desequilibrios musculares. La fisioterapia también trabaja las estructuras blandas que rodean a la articulación temporo-mandibular, para que la adaptación de la persona al aparato de ortodoncia o a la férula de descarga sea mejor.

Existen numerosas ventajas de contar con un fisioterapeuta que trabaje junto a un equipo de odontólogos, ya que se puede lograr así un tratamiento interdisciplinar que mejore los resultados y la calidad de vida de los pacientes. Un tratamiento de fisioterapia permite devolver la funcionalidad y la movilidad de la articulación temporo-mandibular y de la columna cervical, ya que están íntimamente conectadas. A su vez, consigue que la apertura de la ATM sea completa y adecuada, así como otros movimientos propios, como son los laterales y la proyección del maxilar inferior hacia adelante y hacia atrás. La fisioterapia permite además normalizar y tonificar la musculatura implicada, proporcionar una alineación corporal adecuada y reeducar al paciente para una correcta higiene postural.

Algunas de los síntomas o señales de que necesitas ayuda de un fisioterapeuta en conjunto con tu odontólogo son las siguientes:

  • Presencia de ruidos crepitantes en la articulación de la mandíbula.
  • Problemas en la apertura de la mandíbula tales como desviaciones o la  imposibilidad de abrirla por completo o realizar movimientos laterales con naturalidad.
  • Dificultades en el habla, la masticación o la deglución.
  • Aparición de molestias y dolor al palpar la zona mandibular.
  • Dolor de cabeza, migrañas, en el cuello, hombros u oídos.
  • Pitidos en el oído.
  • Sensación de rigidez y tensión en la mandíbula.
  • Desgaste en el esmalte de algunos dientes y la consecuente hipersensibilidad asociada.
  • Problemas de audición y de vista.
  • Mareos.

Generalmente, el fisioterapeuta que intervenga en el tratamiento buscará solucionar esos problemas a través de masajes y ejercicios de diferentes características (relajación de la musculatura, movimientos de rotación, estiramientos, correcciones posturales). Además, la aplicación de frío y de calor en la zona es un recurso muy común, ya que alivia el dolor y favorece una mayor movilidad. También puede ayudar la toma de medicamentos bajo supervisión médica. Los tratamientos odontológicos, como la ortodoncia, la colocación de implantes o el uso de férulas de descarga son los tratamientos que suelen acompañar a las acciones del fisioterapeuta.

Ahora que ya tienes más claro de qué manera la odontología y la fisioterapia trabajan conjuntamente por tu salud y bienestar, puedes hacer una cita en nuestra clínica dental en Alcalá de Henares, donde tenemos un exclusivo servicio de fisioterapia para ofrecer un tratamiento integral a tu patología. Nuestro equipo multidisciplinar permite una mejor comunicación entre los especialistas, de modo que podemos garantizar los mejores resultados. Puedes agendar tu cita para un primer estudio y diagnóstico a través de nuestro sitio web o en cualquiera de nuestros teléfonos de contacto.